El cubismo: la construcción del espacio

La palabra Cubismo fue utilizada, por primera vez, por el crítico Louis Vauxcelles, en 1908, para calificar los cuadros de dos pintores jóvenes: Pablo Picasso (1881-1973) y Georges Braque. Ambos artistas se encontraron en el taller de Picasso, en 1907, cuando Braque fue a ver su cuadro Las señoritas de Avignon. A partir de ese momento, comenzaron juntos a realizar sus primeras investigaciones cubistas; dialogaban, discutían y descubrían nuevas posibilidades para el arte. Así, cada uno por su lado fue desarrollando una imagen cada vez más ordenada, con un gran predominio de la forma.

Compartían los mismos temas: instrumentos musicales, retratos, jarras, frutas. Pero en lugar de reproducir la apariencia de las cosas, procuraban llegar a su esencia formal. Para lograrlo, comenzaron a geometrizar las formas, a utilizar los colores de manera planimétrica, a crear una nueva realidad: no como se ve, sino como se piensa. No buscaban un arte imitativo, sino un arte de ideas.

El cubismo produjo una auténtica ruptura de las anteriores concepciones del arte y presentó un nuevo orden, basado en dos aspectos fundamentales:
  1. Representación espacial. A la perspectiva renacentista, que presentaba un espacio tradicional con un solo punto de vista, el Cubismo opuso un espacio donde el objeto se percibe desde múltiples puntos de vista. Esto dio paso a la llamada visión simultánea, es decir, la fusión de las distintas vistas de una figura o de un objeto en una sola imagen.
  2. Autonomía del cuadro. Frente al objetivo de la pintura tradicional -de imitar la naturaleza respetando su organización- , el cubismo propuso que el cuadro se rigiera por sus propias leyes.
Muchos fueron los pintores que adscribieron al movimiento. A Picasso y a Braque, se sumó luego el pintor español Juan Gris (1887 - 1927). También, participaron de los preceptos cubistas Albert Gleizes (1881-1953), Robert Delaunay (1885-1941) y Frank Kupka(1871-1957), quienes después se orientaron hacia nuevos caminos.
Pablo Picasso, Cabeza de mujer (Fernande), 1909.
Bronce, 41,9 x 26,7 cm. Art Gallery of Ontario, Toronto.
A partir de la multiplicidad de los planos, Picasso logra que la escultura transmita una representación cubista.


Pablo Picasso, Bodegón de la silla de mimbre, 1912.
Collage al Óleo, hule y papel sobre tela, 27 x 35 cm. Museo Picasso, París.
Por medio de la incorporación de elementos reales -como papeles pegados-, Picasso dejó de imitar la realidad para convertir la pintura en la realidad  misma, dotándola de especificidad y de autonomía.


Las fases del cubismo

El cubismo no fue un movimiento homogéneo, sino que se desarrolló en etapas. La división más tradicional la realizó el propio Juan Gris, quien distinguió un Cubismo Analítico y otro Sintético.
Juan Gris, Frutero y botella de agua, 1914.
Óleo, papel encolado y tiza negra y azul sobre tela, 92 x 65cm.Rijksmuseum Kroller - Muller, Otterlo.
Las formas que se superponen y que se interrelacionan en este cuadro de Juan Gris dan la impresión de objetos en movimiento.


Cubismo analítico (1910-1911)
Los cuadros de este periodo se organizan en complejos entramados de líneas sobre los que se descompone la figura hasta llegar a confundirse con el fondo. Ya no se representa un jarrón, una silla, un personaje desde un punto de vista, sino que se "gira" alrededor de los objetos para poder representarlos desde distintos ángulos.
La compleja apariencia de estos cuadros propone una visión personal para que el espectador pueda reconstruir, en su mente, una imagen global del objeto pintado. Con el fin de ayudar a la interpretación de líneas y de planos, se pintaba una serie de detalles realistas (manos, pelos, ojos, por ejemplo), y se agregaba un título que colaboraba en la asociación de los elementos. En estos cuadros, prevalece el uso de la línea recta y de los colores pardo, siena, gris y azul.

Pablo Picasso, El guitarrista, 1908.
Óleo sobre tela, 100x73 cm. Centro Georges Pompidou, París.
En esta obra, perteneciente al Cubismo Analítico, la figura se abre en una trama lineal donde el contraste de color ha desaparecido.


Cubismo Sintético (1911-1912)
La segunda fase del Cubismo se llamó sintética, porque los artistas reconstruyeron las formas por medio de los planos esenciales de sus lados, con lo cual, lograron una síntesis del objeto que debían representar. De esta manera, los planos se agrandaron, se recuperó el color, y se abandonó la complejidad anterior. No se buscaba representar el objeto según la imitación de la naturaleza, sino, sobre todo, mostrar una "idea" de ese objeto. Fue el momento de construir una nueva realidad, de colores vivos y alegres, y de poner fin a la austeridad monocromática del Cubismo Analítico. En esta etapa, se utilizó mucho la técnica del collage y de los papeles pegados.
Georges Braque, Bodegón con mesa, 1914. 
Papier collé, 48 x 62 cm.Centro Georges Pompidou, París.
La obra, perteneciente al Cubismo Sintético, está realizada con lineas y con planos creados por medio de los papeles. Las frases y palabras que aparecen no fueron elegidas al azar. Se trata de juegos de palabras que solían utilizar tanto Braque como Picasso.

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