Xul Solar, cuyo nombre real era Alejandro Schulz Solari, mostró sus pinturas en una exposición colectiva el mismo año que Petorutti. Xul Solar nació en San Fernando, provincia de Buenos Aires, en 1887, y pasó su juventud en distintos países de Europa, como Francia, Italia, Alemania e Inglaterra. En esas tierras, comenzó a investigar sobre las religiones, la astrología y la filosofía, temas que abordó durante toda su vida.
En la exposición de 1924, Xul presentó imágenes insólitas, que eran el producto de las experiencias vividas en Europa. En esta primer etapa de su carrera, quizás la más rica, utilizaba la transparencia y pintaba un mundo propio plagado de numerosos símbolos: flechas, números, letras, signos alquímicos y astrológicos, cruces y elementos de la religión cristiana.
Su poética se apoyaba en la teosofía, en los ritos precolombinos y, sobre todo, en sus investigaciones atrológicas. Estas últimas lo llevaron a relacionar su concepción de la pintura con el lenguaje, la música, el teatro, los juegos, la matemática y la arquitectura.
Xul Solar fundía lo real y lo imaginario no sólo en su obra, sino también, en su vida diaria. Lo onírico traspasaba el mundo de los sueños para instalarse en el mundo real, y él se consideraba a si mismo un pintor realista, porque pintaba lo que había visto en sus "visiones". Esta dualidad lo acercaba fuertemente al Surrealismo.
Hacia el final de su vida, comenzó una serie de cuadros con frases que podrían ser leídas, si se conocía el código. De este modo, supo crear una verdadera escritura plástica.
El creol o neocriollo se basa en formas modificadas del español y del portugués, con el agregado de algunas palabras del inglés y del alemán. La panlengua o lengua universal, por su parte, era una lengua monosilábica, sin gramática, de base numérica y atrsológica, y combinable a voluntad.
Creó el panjedrez o panjuego, un entretenimiento basado en la astrología, que permite formar palabras, inventar acordes musicales o temas pictóricos y plantear problemas matemáticos. A la manera del ajedrez, tiene un tablero con casillas y con piezas móviles.
Xul Solar ideó, además, un teatro de títeres y un sistema matemático astrológico, creó doce religiones basadas en las ya existentes y ordenadas según una concepción relacionada a los astros. También, modificó el piano tradicional, coloreando las teclas para relacionar el color con el sonido.
Todas sus acciones tenían la intención de promover la comunicación entre los hombres. Sus concepciones del lenguaje, sus trabajos de pintura, sus investigaciones astrológicas podrán interpretarse de distintas maneras, pero todas tendían hacia ese objetivo: la comunicación, en las dos realidades por él consideradas, la natural y la sobrenatural.
En la exposición de 1924, Xul presentó imágenes insólitas, que eran el producto de las experiencias vividas en Europa. En esta primer etapa de su carrera, quizás la más rica, utilizaba la transparencia y pintaba un mundo propio plagado de numerosos símbolos: flechas, números, letras, signos alquímicos y astrológicos, cruces y elementos de la religión cristiana.
Xul Solar, Jefa, 1923.
Acuarela, 26 x 26 cm. Museo Xul Solar, Buenos Aires.
Con una paleta en la que predominan fuertemente los naranja, Xul Solar expresa un mundo de sueños, sin descuidar las calidades propias de la acuarela.
Su poética se apoyaba en la teosofía, en los ritos precolombinos y, sobre todo, en sus investigaciones atrológicas. Estas últimas lo llevaron a relacionar su concepción de la pintura con el lenguaje, la música, el teatro, los juegos, la matemática y la arquitectura.
Xul Solar, Palacio en Bría, 1932.
Acuarela, 40x57 cm. Museo Provincial de Bellas Artes, La Plata.
A partir de 1930, Xul Solar inició una etapa en la que reemplazó las formas planimétricas por cuerpos con una perspectiva más tradicional.
Hacia el final de su vida, comenzó una serie de cuadros con frases que podrían ser leídas, si se conocía el código. De este modo, supo crear una verdadera escritura plástica.
La obra de Xul Solar
La tarea creativa de Xul Solar excede ampliamente el ámbito de lo pictórico para extenderse a muchas otras áreas del quehacer cultural. Sus investigaciones y búsquedas espirituales lo llevaron, por ejemplo, a inventar religiones, idiomas, juegos. En el área del lenguaje, propuso la creación de un lenguaje propio, al que dominó creol y también planteó una forma lingüística que denominó panlengua.El creol o neocriollo se basa en formas modificadas del español y del portugués, con el agregado de algunas palabras del inglés y del alemán. La panlengua o lengua universal, por su parte, era una lengua monosilábica, sin gramática, de base numérica y atrsológica, y combinable a voluntad.
Xul Solar, Nana-Watzin, 1923.
Acuarela, 25x31cm. Galería Vermeer, Buenos Aires.
Los personajes de este cuadro recuerdan la mitología precolombina que, unida a los vocablos y a las transparencias, transportan al espectador hacia un mondo sobrenatural.
Creó el panjedrez o panjuego, un entretenimiento basado en la astrología, que permite formar palabras, inventar acordes musicales o temas pictóricos y plantear problemas matemáticos. A la manera del ajedrez, tiene un tablero con casillas y con piezas móviles.
Xul Solar, Panajedrez.
Colección privada, Buenos Aires.
Xul Solar ideó, además, un teatro de títeres y un sistema matemático astrológico, creó doce religiones basadas en las ya existentes y ordenadas según una concepción relacionada a los astros. También, modificó el piano tradicional, coloreando las teclas para relacionar el color con el sonido.
Todas sus acciones tenían la intención de promover la comunicación entre los hombres. Sus concepciones del lenguaje, sus trabajos de pintura, sus investigaciones astrológicas podrán interpretarse de distintas maneras, pero todas tendían hacia ese objetivo: la comunicación, en las dos realidades por él consideradas, la natural y la sobrenatural.
Xul Solar, Pan altar mundi, 1954.
Acuarela sobre madera, 65x46 cm. Museo Xul Solar, Buenos Aires.
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